Camín a Covadonga
SECTOR 1º LLANES-LOS CALLEJOS (15,6 KMS.)
En el oriente de Asturias, tiene usted la villa de Llanes, lugar turístico por excelencia, que le ofrece variados atractivos en su costa y sus numerosas playas. Si además de estos alicientes, le ofrece esta ruta de senderismo, estamos seguros que se llevará un grato e inolvidable recuerdo de esta villa siempre abierta a sus visitantes.
Este primer sector que ahora le comentamos, transcurre todo él dentro del municipio de Llanes, y le llevará desde el casco antiguo hasta la entrada del valle de Ardisana.
Próximo a la turística playa del Sablón, se encuentran las antiguas murallas de Llanes y la Basílica Menor de Santa María del Conceyu, que será la que le dará el punto de inicio y partida de este Camín del Oriente. (16 m.) La citada iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción,de tres naves, finalizando la mayor en una cabecera poligonal, es un templo de estilo gótico de los más importantes de Asturias con algunos elementos de tradición románica en su portada oeste. Su construcción se inició en el año 1240, continuándose las obras en los siglos siguientes. Existe como fecha aproximada del final de sus obras, la del año 1494. En su interior destacan los retablos de la capilla mayor y de la capilla de la Trinidad,en la nave norte, realizada por Juan Pariente, uno de los alcaldes más importantes de la villa, para ser el panteón familiar. El retablo mayor, que alterna las tallas en madera con la pintura, es de estilo plateresco y una de las muestras más notables de dicho género en la provincia. Por su parte el retablo de la capilla de la Trinidad es de estilo marienista. La portada más antigua de la iglesia está situada en la fachada oeste, en la que se levanta la torre del campanario. La puerta sur, está protegida por un pórtico construido en el siglo XVII, y está decorada con cinco arquivoltas con motivos vegetales, antropomórficos y zoomórficos. El Palacio de los Valdés-Posada, de los siglos XVII y comienzos del XVIII, que actualmente aloja las dependencias de la Casa de Cultura, y la Torre del Castillo, edificio militar defensivo de época medieval, de planta circular rematado con almenas, contando en su época con foso y puente levadizo, y siendo Patrimonio Nacional desde 1876, le darán el adiós de la villa de Llanes y las calles principales de la misma el inicio del sendero a la salida de la población, donde comenzará a ver por la izquierda las señales blanco/rojo, en dirección a Póo. Camino ancho que cruza la vía del tren (18 m.) y pasa junto al cementerio de Póo y entra en el pueblo junto a la iglesia de San Vicente, del año 1869, que fue edificada con dinero enviado desde América, con dinero "indiano", sobre una modesta capilla, y con estilo popular. Durante este trayecto habrá comenzado a disfrutar usted de las hermosas vistas que hacia el sur le ofrece esa muralla de cumbres de la Sierra de Cuera. Las casas de Póo, le darán paso a un recorrido menos habitado, que volverá a recuperar casi al final de este sector. Un recorrido por los típicos caminos de carros (caleyes) que dan paso a fincas de labranza. Paso bajo y sobre la vía férrea (21 m.) y un túnel sobre el que pasa la carretera Nacional y la autopista del Cantábrico. Pasará usted al norte de la aldea de Porrúa, (59 m.) continuando por camino ancho (103 m.) hasta observar los cuetos de El Cabezo y La Requejada, abandonando allí el camino ancho, (98 m.) saliendo a la derecha por sendero que le llevará a una de las zonas más complejas y con variada vegetación de todo el itinerario, la zona conocida como Las Mañangas, (88 m.) ya en la falda norte de la Sierra de Peña Llabres, que verá en este momento a su izquierda. Le sugerimos preste atención a nuestras señales blanco/rojo que con mayor insistencia las verá en las rocas del sendero y en árboles, de manera que le ayuden a no salirse de la ruta. Hay caminos de carro que cruzan la misma, pero las señales serán su guía. Posteriormente, cruzará en tres ocasiones el arroyo La Bola, (51 m.) que estamos seguros llamará su atención por la fina arena blanca que verá en sus proximidades. Insistimos que, esta zona es compleja y complicada de caminar si no se siguen las señales del sendero, que en algunas ocasiones pueden ser perecederas debido a que han sido pintadas en eucaliptos, por carecer de mejor lugar, y estos "mudan" sus cortezas, no obstante, es su hábitat y nosotros los invasores, aunque procuramos hacerlo con el "mimo" que se merecen las especies arbóreas. El camino o caleya continúa y dejará a su derecha las aldeas de Piedra (44 m.) y Lledías, que verá en el momento en que el camino que lleva se termina y le invita a entrar a una pradería (60 m.) que deberá seguir por el límite izquierdo de la misma hasta acercarse a un maizal, momento en el que abandonará el prado para salir al antiguo camino junto a su muro, siguiendo después de unos metros a la izquierda en un cruce de caminos. Pronto abandonará la zona arbolada y saldrá a cielo abierto por zona rocosa que bordea las estribaciones de Peña Llabres (91 m). Las señales, en rocas, intentan mostrar el sendero que le llevará a una nueva caleya ascendente que le saca a la carretera junto a la casería de El Toral, (153 m.) y a la izquierda la sigue en sentido ascendente hasta llegar a la plaza del pueblo de Rioseco. El mar, se deja ver a su espalda y en esa plaza dispone de bancos y mesa así como una fuente. También tiene el pueblo de Rioseco un pequeño bar, -La Calle del Sol- donde puede abastecerse si le es necesario. En la parte alta de la carretera, estará en la cota más elevada de este primer sector, (185 m.) y allí la abandonará por un camino descendente (135 m.) que se dirige al pueblo de Vibaño. Prontoobservará ya todo el cordal del Benzúa y parte del valle de Ardisana, así como el pueblo de Los Callejos, donde hemos situado el final de este primer sector. El pueblo de Vibaño está situado en una vega y dividido en dos barrios, Santoveña y Mediavilla, con iglesia parroquial dedicada a San Pedro, junto a la que pasará tras cruzar el puente sobre el arroyo Vibaño. (46 m.) Este pueblo de Vibaño fue, durante la ocupación de la villa de Llanes por las tropas napoleónicas en 1808, base y centro de operaciones de la guerrilla española. Abandonamos el pueblo por una estrecha carretera que antes fue camino y sale a cruzar la carretera del Río las Cabras, por el lugar de La Herrería, (47 m.) que tiene a la izquierda -al otro lado de la carretera- el palacio del Cardenal Inguanzo. Casona de típico estilo asturiano, con dos corredores en la fachada principal orientada al sur. Cruzaremos el puente de estilo romano sobre el río Bedón, con dos arcos de medio punto y calzada en doble pendiente, construido por orden del propio Cardenal para servicio de su casa primero, y después del pueblo de Allende de Vibaño. No obstante, este puente, fue recientemente reconstruido, al haber quedado en situación ruinosa tras las inundaciones de 1983. Continuará tras pasar el puente, por la carretera hacia la derecha, abandonándola al poco tiempo, por un camino de carro que sale por su izquierda y que seguirá sin tener en cuenta las desviaciones hasta que llega a una por la derecha donde se encuentra la obra de la depuradora del pueblo de Los Callejos.(100 m.) En este tramo estará usted viendo a su izquierda las casas de Puente Nuevo y de la Venta los Probes, donde puede tener parada y comida y modo de servirse para su medio de transporte.
SECTOR 2º LOS CALLEJOS - VEGA DEL PUERTO - CORAO (19 KMS.)
En esta parte de la ruta nos encontramos, a la entrada del Valle de Ardisana, un hermoso trozo de tierra llanisca donde el verde tapiza las praderias que riega el río Riensena y las montañas se elevan a izquierda y derecha. Este segundo sector del Camín del Oriente, nos llevará a los límites del concejo de Llanes con el de Cangas de Onis, y a recorrer un camino histórico, la calzada romana de Piedrafita, que por cierto, está muy bien conservada. El final de este recorrido que a continuación le detallamos, será en el pueblo de Corao. • La ruta y la historia: Retomamos nuestro caminar junto a la depuradora de aguas (100 m.) y por caleya ascendente llegamos al pueblo de Los Callejos, (Los Caleyos) como denominan los lugareños y que pertenece a la parroquia de Santa Eulalia, y celebra su fiesta el 8 de septiembre. En la fachada de la iglesia, a tono con nuestro sendero, no podía faltar "La Santina", bajo cuya advocación se encuentra. Allí está la imagen de la Virgen de Covadonga, que ve pasar a los senderistas camino de su Real morada. Los Callejos ha sido tradicionalmente tierra de tejeros, noble oficio perdido totalmente ya por la emigración. Por la derecha de la iglesia pasamos hacia lo alto del pueblo, y luego junto al deposito de aguas, y poco a poco la altura le irá permitiendo dominar los lugares por donde sus pasos y los nuestros hicieron "sendero" en la etapa anterior. Allí está Peña Llabres y el mar a su izquierda; Rioseco, Vibaño y La Herrería, al igual que una hermosa vista del pueblo de Los Callejos con el telón de fondo de la inconfundible figura vertical y rocosa del naranjo de Bulnes, que ¡como no! quiere unirse y "asomarse" también a este sendero. Abandonamos la caleya a la izquierda pasando por una pradería (240 m.) que nos cambia el rumbo al oeste y nos lleva a la cabaña de Robléu, (244 m.) para continuar por senderos "peoniles" que atraviesan praderias. Ni que decir tiene, que como buenos senderistas debemos de mantener el sendero sin pisar la hierba alta si es que es época de verano estamos, ya que de ella viven los del lugar. Un collado, que tiene una especie de "portería" a la izquierda nos da paso a unas praderias descendentes que deberá tomar por la derecha junto a su límite y bajar a Las Casinas, (200 m.) que así se les conoce y que ya estará viendo. Tras ellas, saldrá ya a pista que sube a otro collado donde un pequeño grupo de antiguas casas da paso a nuestro sendero, por ese lugar llamado Rabios . Las vista hacia los Picos de Europa, en definitiva hacia el sur, son bellísimas, y nuestro caminar desciende ahora pronunciadamente hacia un nuevo pueblo de este Valle de Ardisana, Riocaliente (Ricaliente).(100 m.) En un sendero de esta categoría no podíamos dejar de lado la aldea de Riocaliente, aquí la arquitectura rural está en el barrio llamado "de los hórreos", por ser más de quince los que allí se encuentran, destacando entre sus edificios la casona de El Entregual, edificada en 1906 con capital indiano, y estilo clasicista. Un vecino del pueblo, tiene diversas especies de animales y reptiles en su particular zoológico. En el pueblo, junto al puente sobre el río Riensena, nuestra ruta toma a la derecha saliendo en dirección a la ería y junto a un maizal le sorprenderá la presencia en terreno acotado, de un "rebaño" de avestruces que, lejos de asustarse, se acercan e intentarán "pillarle". Es un aliciente inesperado pero forma parte de este Sendero a Covadonga. Tras las aves de "cuello largo" la senda pierde el camino definido, se acerca al río y por su límite pasa unos metros y se mete en zigzag en un pequeño bosquecillo; sube un corto tiempo y desciende a cruzar un arroyo para volver a salir a terreno abierto (140 m.) y toma camino mas ancho que pronto le llevará a la aldea de Mestas, (120 m.) topónimo indicativo de la confluencia de dos corrientes de agua, en este caso de los ríos Riensena y Piedra Hita. Para aquellos senderistas que, pudieran optar por hacer este sendero entre Llanes y Covadonga, en dos jornadas, es decir en dos etapas, al margen de las tres que aquí le recomendamos, puede ser buen lugar este de Mestas para hacer noche, al disponer de un hotel. Junto al puente que da paso a la carretera, es lugar donde se pueden degustar buenos tortos de maíz con picadillo y otras exquisiteces del fogón casero asturiano. Nuestro sendero cruza la citada carretera y trepa ladera arriba por un senderillo que sale a una finca y casa (con permiso de su dueño) que da paso a la aldea de Llumedián, (160 m.) encaramada en el extremo más bajo de la Sierra de la Cubeta, descendiendo a la otra vertiente por camino de finca que va directo a la aldea de Telledo Teyeu), (135 m.) por donde se adentra en el antiguo camino real de Piedrafita (o Piedrahita), que fue en el siglo XVIII uno de los itinerarios más transitados por ser de paso obligado para los viajeros que realizaban la ruta de Llanes a Cangas de Onis y Oviedo. Gaspar Melchor de Jovellanos, hace referencia en su diario, el 23 de septiembre de 1790, de su paso por este camino y puerto en viaje de Llanes a Covadonga, y vuelve a pasarlo en sentido inverso hacia Llanes, el 8 de agosto de 1791, en lo que el ilustre denomina "el gran viaje". Según Sánchez-Albornoz, esta calzada de Piedrafita fue abierta ya en tiempos de los romanos y formaba parte de aquella importante arteria de comunicaciones que partía de Lucus Asturum hacia territorio cántabro, pasando por el castro romano de la Cuesta Iguedo (Tárano-Llenín). Esta calzada cayó en desuso con la construcción de la carretera del río Las Cabras, entre Meré y Ortiguero, realizada a partir de 1778. Con este Sendero que está recorriendo entre Llanes y Covadonga (el Camín del Oriente) se recupera para el caminante, peregrino y senderista, esta histórica calzada, que se conserva en buen estado. Pero, sigamos donde lo hemos dejado. Entre las apretadas casas de Telledo (135 m.) pasamos a tomar el valle del río Piedra Hita por ancho camino que va cerrando la vista por las laderas de la Sierra de la Cubeta y los montes de Hibeo y sus contrafuertes. El camino llanea un rato y luego cuando lo cruza un arroyo, (que tendrá que pasar sobre piedras) (200 m.) en la confluencia de tres pequeños vallejos poco más allá, el camín real toma rumbo sur por la calzada romana, entre buenos ejemplares de pino y ya en zona enlosada de su primitivo trazado (300 m.). Asciende y alcanza un collado que le permite un "respiro" al volver a llanear, dando vista hacia un nuevo valle interior dejándose ver nuevamente al fondo -norte- las laderas del Benzúa, bajo las que usted ya pasó. Seguirá ganando poco a poco altura a media ladera de la montaña, (400 m.) y al otro lado del valle observará una pista casi a la misma altura que la que usted está siguiendo y que también va al mismo lugar, al puerto de Piedrafita, denominado en los mapas como collado de la Vega del Puerto, (494 m.) que es una llana pradería entre una columna de cumbres que va desde el Hibeo a La Galguerosa y Busto Vela. Esta cimera collada hace de límites a los concejos de Llanes y Cangas de Onís, y si nos asomamos veremos al otro lado algunas casas de la aldea de Cuerres. Al descender de este collado el camino no está muy visible y deberá guiarse por las señales blanco/rojo que le llevarán al fondo de ese apretado valle, alcanzando en breve tiempo el inicio del río Piedrafita y una cabaña. (400 m.) Continúa la calzada en buen estado nuevamente, y nuestra ruta sigue bajo la aldea de Cuerres, (340 m.) de la parroquia de San Martín de Grazanes, pasando un breve trozo en el que el río ocupa el camino, y tras volver a cruzarlo por piedras, poco más adelante, se sale a la carretera que antes fue camino real por el que los lugareños cuentan que pasaban los carruajes tirados por caballos y donde existió una venta; una de las tres que tenía esta ruta: la venta de Cangas, la de Cuerres y la de Mestas. Inevitablemente tenemos que "admitir" este asfalto de estrecho trazado, por no tener otra alternativa lógica, recorriéndolo durante 2,2 km. hasta Llenín, pueblo que es el que da paso rodado a los de Cuerres y Tárano, al que nos dirigimos nosotros. Por todo este trazado de carretera que usted está recorriendo ahora, (300 m.) subía la calzada y camino real, sorteando difíciles pasos en la laderas de estas montañas que se precipitan al barranco. Dicen que los lugareños de Llenin subían con sus carros a faenar en los altos prados, con gran miedo, pues más de una vez habían volcado con sus cargas. Desde Llenín, (210 m.) la vista hacia los macizos central y occidental de Picos de Europa es extraordinaria, dejándose ver también la cruz de Priena por la que va este Camín del Oriente. Igualmente puede observar las tierras de los Gamonedos, y las cumbres del Cabezo Llorosos y el Jascal. Existe carretera entre Llenín y Tárano, pero verá que a la salida del pueblo una pista sale por la izquierda y evita el asfalto en ese breve tramo ascendente a la citada aldea. Ya en Tárano, (280 m.) deberá tomar a la izquierda saliendo del pueblo por ancha pista que tras los últimos caseríos, asciende lentamente y va faldeando el Cerro Iguedo, fácil de conocer por la antena del repetidor que tiene en su cumbre. En este tramo (300 m.) irá viendo numerosas montañas asturianas, conocidas en nuestro particular mundo de montañeros, como el Pierzu de Beleño, la Mota Cetín, etc., y cuando el descenso se hace ya definitivo, aparece por la derecha de su marcha el valle del río Chico, por el que va la carretera desde Labra (pueblo que queda al otro lado del valle) a la Collada de Igena en dirección a Nueva de Llanes. Aunque esa pista que ahora camina, (200 m.) le pueda resultar a la vista demasiado larga, se hace pronto y sin esfuerzo, alcanzando la aldea de Corao-Castillo (Corau-Castiellu) (169 m.) que cuenta con buenos ejemplares de la arquitectura rural, como la casona de los Soto-Labra de 1763 con capilla anexa en estado de ruina. La casa aún está aprovechable y forma un conjunto magnífico, por cierto, como también la de los Cuervo del s. XVI y las de la Cantera y de Cueto. Una breve carretera le llevará a Corao, (93 m.) pueblo de larga historia, que es punto y seguido en nuestro Camón del Oriente. Cruzará la carretera general y pasará frente a la casona de Frassinelli, allí donde vivió el ilustre "alemán de Corao", D. Roberto Frassinelli y Burnitz del que hablaremos en nuestro próximo sector. La casona, del siglo XVII, tiene jardín y finca que fue huerta experimental del botánico Frassinelli, con diversas variedades de manzanas, plantas medicinales, hortalizas, etc. y sufrió un incendio que arruinó buena parte de su estructura, a principios del siglo XX. Frente a la citada casona, tome el camino que se mete al interior del pueblo y sígalo hasta su iglesia parroquial, con torre-campanario, finalizando este sector en la carretera del pueblo junto al bar Abamia y el famoso "castañedo de Corao". Lo más largo de este Sendero GR.105.2, ya lo ha hecho. Ahora, un descanso y seguiremos hasta el punto culminante... Covadonga.
SECTOR 3º CORAO - ABAMIA - CRUZ DE PRIENA - COVADONGA (9 KMS.)
Como recordará, está usted ya en tierras del concejo de Cangas de Onis y Corao que le recibió después del largo recorrido del segundo sector, le verá partir ahora en el ultimo tramo. Corao se encuentra a la derecha de la carretera general de Cangas de Onis a Cabrales, aunque antiguamente esta carretera pasaba por el centro del pueblo. Partimos del mismo lugar donde hemos concluido el anterior sector, (93 m.) por el camino de los castaños. Es de destacar este castañedo de Corao, con árboles centenarios de formas caprichosas. La ruta, de ancho camino pasa sobre el río Güeña (100 m. ) y tras una vuelta sale a la carretera que también desde el pueblo llega hasta la iglesia de Santa Eulalia de Abamia. (200 m.) Importante iglesia románica junto a la que verá tres buenos ejemplares de tejo. Santa Eulalia (Olaya), según tradición fue edificada por don Pelayo, en cuyo tiempo estaba destinada a monasterio y reformada en el siglo X. En ella fue enterrado nuestro Rey astur, junto a su esposa Gaudiosa, en los primeros años del siglo XII. Posteriormente, sus restos serían trasladados a Covadonga. La historia escribe que,... Ambrosio de Morales, cronista al servicio de Felipe II, relata que, ..."la iglesia fue muy pequeña, conforme a todas las de aquellos tiempos, y por fuera arrimada a ella, estaba la sepultura del Rey, y algo más apartada la de su mujer. Agora, dice, han edificado de nuevo la iglesia más grande por su mucha feligresía, y así queda dentro la sepultura del Rey, y fuera la de su mujer...". En la actualidad, en la nave de la iglesia, en el tramo más cercano a la cabecera, hay dos cenotafios a ras del suelo, bajo arcosolios. El del lado de la epístola sólo tiene una espada cincelada en la cubierta, y se atribuye a don Pelayo; el otro, en el lado del evangelio, es de forma trapezoidal y cuenta con la siguiente inscripción, que traducida dice... "Aquí yace la Reina Gaudiosa esposa del Rey Pelayo", inscripción que data del siglo XVII. El mismo Ambrosio de Morales, escribe que... "El día que yo estuve era domingo, y parecía que estaba allí el Real del Rey don Pelayo, pues había al derredor de la Iglesia más de doscientas lanzas hincadas, de los que venían a Misa por aquellas breñas y pueden encontrar un oso, de que hay hartos, y quieren tener con que defenderse del..." La iglesia, quedo en abandono por los años, y lo que queda de la nave original es poco. Fue declarada Monumento de interés histórico-artístico, por Decreto del 15-3-62, y en los últimos años restaurada en su mayoría por inquietud del Párroco don Fermín Alonso, Alcalde y vecinos de Corao, así como de la Caja de Asturias.Existe también otra pequeña historia ligada a Corao y a Santa Eulalia de Abamia. A la derecha de la iglesia, existe en abandono un pequeño cementerio, donde había una modestísima tumba invadida por la maleza, cuyo verdor contrastaba casi enojosamente con el fondo negruzco de una lápida cruzada por la cicatriz de una grieta que amenazaba partirla. Separando la hiedra, a duras penas se podía leer... "Aquí yace Roberto Frassinelli Brurnitz". El famoso personaje, el "alemán de Corao" como en su tiempo se le conoció, y que había sido festejado en vida por su valía, yacía allí en el abandono y el olvido. Frassinelli, nacido alemán, hijo de italiano y alemana, llegó a Corao hacia 1844 con 43 años de vida, muriendo allí 33 años después. Peregrino buscando la paz y la salud, halló en la Asturias cimera el horizonte deseado. Extraordinario dibujante con profundos conocimientos sobre arquitectura y arqueología, descubrió el dolmen de Abamia y tantas viejas piedras, unas nacidas más allá de la barrera histórica y otras zambullidas plenamente en ella. Las lomas riscadas de los Picos de Europa fueron recogidas por su lápiz recreándose en ello. Sus simas, también sintieron la huella de Frassinelli, que arrancó secretos minerales de sus entrañas. También él, vibró como el mejor asturiano, ante Covadonga, volcándose con su saber. A él se debe el Santuario de la Gruta que tuvo vida hasta la Guerra Civil. El inicio de la actual Basílica a él se le atribuye. Don Pedro Pidal, escribió de él..."Amigo íntimo de aquellos torreones de piedra; de aquellos lagos solitarios; de aquella región inaccesible a todo ánimo temeroso, a toda planta insegura, a todo espíritu no tocado del amor irresistible a lo infinito que embargaba al gran compañero Roberto Frassinelli" Actualmente, la piedra de oscuro gris pizarroso invadida de maleza, dejó de ser el cobijo de los restos fundidos con tierra asturiana de "el alemán de Corao". La acción del Grupo de Veteranos de la Montaña, con el beneplácito de la Parroquia y del Patrimonio Artístico Cultural, superó la maltrecha tumba de Roberto Frassinelli, trasladándola a la propia iglesia de Abamia para que su recuerdo perdure en la historia, que en parte él hizo, de las tierras de Corao. En el traslado de sus restos, han intervenido don Fermín Alonso, Párroco de Corao, un albañil y un veterano montañero, anónimo. Su tumba e inscripción puede verla en la parte posterior izquierda de la nave. Sigue siendo para usted y para nosotros, todo un honor, recuperar para este Sendero GR.105.2, parte del recorrido de la Senda Frassinelli, por la que el "alemán" subía hacia los Picos de Europa, y que nos acompañará hasta las proximidades de Priena. Y desde la iglesia de Abamia, (200 m.) que puede usted visitar si antes hizo la oportuna gestión en Corao, caminaremos hacia las casas próximas de Cuetu-Aleos, y el camino que asciende entre arboleda, (300 m.) saliendo a la pista que en una encrucijada de caminos nos da paso a terreno más abierto junto a las cabañas de La Canal, en todo ese itinerario de la Senda Frassinelli que va recibiendo por su izquierda los que vienen de Teleña. Se suceden cabañas en los lugares de La Cruz y Orientes (400 m.) y cuando la nueva pista toma sentido ascendente a la izquierda, deberá abandonar la Ruta de Frassinelli y por la derecha cambiar el rumbo hacia Andoreñu, grupo de viejas cabañas que están a la derecha, para salir a pradería abierta, dominando ya todo el tramo de ascenso hacia Priena. La ausencia de lugares para la señalización, nos obligó a improvisar "jitos" de piedras con las marcas blanco/rojo como medida provisional, con la esperanza que sean respetadas, aunque la experiencia en ese sentido nos haga ser poco optimistas. Pasará junto a Les Fuentines, con amplio abrevadero, y observará más allá por la izquierda el muro de piedra de una finca (500 m.). Cuando llegue a su altura, cambiará el rumbo a la derecha pradería arriba siguiendo siempre el camino, ya que este le llevará a unas praderias mas altas continuando a la izquierda y siempre ya en dirección a la Cruz de Priena, por las camperas de Collía (540 m.) que le dan paso a un tramo rocoso con señales muy frecuentes que irá usted viendo de una a otra, saliendo a la travesía final que le lleva a la cruz que ya estará viendo, así como el escenario final de su recorrido, el Real Sitio, que al principio de este sector le comentamos. Ahora, deja de ser nuestro comentario, para convertirse ya en su propia experiencia. Esta cruz, instalada en 1907, fue erigida "para memoria de la completa victoria de los cristianos y su caudillo don Pelayo sobre los árabes" según las Actas capitulares del Cabildo de Covadonga de octubre de 1906. Desde Priena (722 m.) el paisaje es hermoso, apacible, con todo ese conjunto montañoso que se deja ver, y nos rodea. Desde la cruz, descenderá hacia la izquierda según está usted mirando a Covadonga, siguiendo las señales hacia el fondo de aquella pradería, encontrando ya el camino de la Cuesta Gines, que a media ladera va perdiendo altitud, desde el collado de La Oración, (500 m.) en grandes lazadas. Covadonga se va acercando y hasta los mismos cirios del altar de La Virgen, puede observar en su descenso. Todo el conjunto del lugar se le ofrece completo y hermoso. La cueva, la basílica, la estatua de Pelayo, e incluso el camino que tomará en el tramo final y que observará por la derecha de la carretera que sube al Santuario. Al final, ya casi abajo, el camino bien marcado que venía siguiendo, pasa a ser sendero dentro de un pequeño bosquecillo y este le saca a la carretera, (170 m.) que debe continuar usted a la izquierda, y que tras escasos cien metros en la parte final del aparcamiento que está a la derecha de la carretera y frente a la casa rural de Priena, le permite entrar en el Parque del Príncipe, señalizado con un antiguo cartel y que es enclave fundamental del Real Sitio de Covadonga, que mucha gente desconoce y que realmente se encuentra -de momento- en total abandono. La puesta en marcha de este Jardín coincidió con la creación del Parque Nacional, y fue lugar donde don Alfonso XIII , plantó un árbol el día de la inauguración del Parque. Esta zona por la que pasa nuestro sendero, cruzaba el viejo camino de peregrinos y romeros cuando no existía la actual carretera. Pasará junto al viejo mesón Hostal Favila, -derecha del sendero- bello edificio construido en el reinado de Carlos III, sirviendo de albergue de peregrinos hasta finales del pasado siglo. Posteriormente fue restaurado convirtiéndose en la sede de la Escolanía de Covadonga. Un camino empedrado y un senderillo le llevará a la carretera saliendo junto a los leones y la canalización del río Díva que viene del "chorrón" bajo la gruta. Solamente le queda, subir la escalera de "la promesa" y presentarse ante La Santina. (258 m.).
-Textos:José Pedro Menéndez Fernández.
- Trabajos de campo y señalización de este sendero: Ángel Castaño Alonso;
Francisco Javier Menéndez Viejo; José Pedro Menéndez Fernández; José Ramón
Rodriguez Trespalacios; Juan Carlos Llames Sánchez, Ramón Plaza Alvarez y
Teodoro Gómez Martin.
© Grupo de Montañeros RIVAYAGÜE. (Sociedad Montañera Ovetense)
C./ Menéndez y Pelayo nº 2 de Oviedo, Tel. 07 34 8 528 4704
Federación de Montañismo del Principado de Asturias C./ Avda. de Julián Clavería
s/n. en Oviedo. Tel. 07 34 8 525 2362
SECTOR 1º LLANES-LOS CALLEJOS (15,6 KMS.)
En el oriente de Asturias, tiene usted la villa de Llanes, lugar turístico por excelencia, que le ofrece variados atractivos en su costa y sus numerosas playas. Si además de estos alicientes, le ofrece esta ruta de senderismo, estamos seguros que se llevará un grato e inolvidable recuerdo de esta villa siempre abierta a sus visitantes.
Este primer sector que ahora le comentamos, transcurre todo él dentro del municipio de Llanes, y le llevará desde el casco antiguo hasta la entrada del valle de Ardisana.
Próximo a la turística playa del Sablón, se encuentran las antiguas murallas de Llanes y la Basílica Menor de Santa María del Conceyu, que será la que le dará el punto de inicio y partida de este Camín del Oriente. (16 m.) La citada iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción,de tres naves, finalizando la mayor en una cabecera poligonal, es un templo de estilo gótico de los más importantes de Asturias con algunos elementos de tradición románica en su portada oeste. Su construcción se inició en el año 1240, continuándose las obras en los siglos siguientes. Existe como fecha aproximada del final de sus obras, la del año 1494. En su interior destacan los retablos de la capilla mayor y de la capilla de la Trinidad,en la nave norte, realizada por Juan Pariente, uno de los alcaldes más importantes de la villa, para ser el panteón familiar. El retablo mayor, que alterna las tallas en madera con la pintura, es de estilo plateresco y una de las muestras más notables de dicho género en la provincia. Por su parte el retablo de la capilla de la Trinidad es de estilo marienista. La portada más antigua de la iglesia está situada en la fachada oeste, en la que se levanta la torre del campanario. La puerta sur, está protegida por un pórtico construido en el siglo XVII, y está decorada con cinco arquivoltas con motivos vegetales, antropomórficos y zoomórficos. El Palacio de los Valdés-Posada, de los siglos XVII y comienzos del XVIII, que actualmente aloja las dependencias de la Casa de Cultura, y la Torre del Castillo, edificio militar defensivo de época medieval, de planta circular rematado con almenas, contando en su época con foso y puente levadizo, y siendo Patrimonio Nacional desde 1876, le darán el adiós de la villa de Llanes y las calles principales de la misma el inicio del sendero a la salida de la población, donde comenzará a ver por la izquierda las señales blanco/rojo, en dirección a Póo. Camino ancho que cruza la vía del tren (18 m.) y pasa junto al cementerio de Póo y entra en el pueblo junto a la iglesia de San Vicente, del año 1869, que fue edificada con dinero enviado desde América, con dinero "indiano", sobre una modesta capilla, y con estilo popular. Durante este trayecto habrá comenzado a disfrutar usted de las hermosas vistas que hacia el sur le ofrece esa muralla de cumbres de la Sierra de Cuera. Las casas de Póo, le darán paso a un recorrido menos habitado, que volverá a recuperar casi al final de este sector. Un recorrido por los típicos caminos de carros (caleyes) que dan paso a fincas de labranza. Paso bajo y sobre la vía férrea (21 m.) y un túnel sobre el que pasa la carretera Nacional y la autopista del Cantábrico. Pasará usted al norte de la aldea de Porrúa, (59 m.) continuando por camino ancho (103 m.) hasta observar los cuetos de El Cabezo y La Requejada, abandonando allí el camino ancho, (98 m.) saliendo a la derecha por sendero que le llevará a una de las zonas más complejas y con variada vegetación de todo el itinerario, la zona conocida como Las Mañangas, (88 m.) ya en la falda norte de la Sierra de Peña Llabres, que verá en este momento a su izquierda. Le sugerimos preste atención a nuestras señales blanco/rojo que con mayor insistencia las verá en las rocas del sendero y en árboles, de manera que le ayuden a no salirse de la ruta. Hay caminos de carro que cruzan la misma, pero las señales serán su guía. Posteriormente, cruzará en tres ocasiones el arroyo La Bola, (51 m.) que estamos seguros llamará su atención por la fina arena blanca que verá en sus proximidades. Insistimos que, esta zona es compleja y complicada de caminar si no se siguen las señales del sendero, que en algunas ocasiones pueden ser perecederas debido a que han sido pintadas en eucaliptos, por carecer de mejor lugar, y estos "mudan" sus cortezas, no obstante, es su hábitat y nosotros los invasores, aunque procuramos hacerlo con el "mimo" que se merecen las especies arbóreas. El camino o caleya continúa y dejará a su derecha las aldeas de Piedra (44 m.) y Lledías, que verá en el momento en que el camino que lleva se termina y le invita a entrar a una pradería (60 m.) que deberá seguir por el límite izquierdo de la misma hasta acercarse a un maizal, momento en el que abandonará el prado para salir al antiguo camino junto a su muro, siguiendo después de unos metros a la izquierda en un cruce de caminos. Pronto abandonará la zona arbolada y saldrá a cielo abierto por zona rocosa que bordea las estribaciones de Peña Llabres (91 m). Las señales, en rocas, intentan mostrar el sendero que le llevará a una nueva caleya ascendente que le saca a la carretera junto a la casería de El Toral, (153 m.) y a la izquierda la sigue en sentido ascendente hasta llegar a la plaza del pueblo de Rioseco. El mar, se deja ver a su espalda y en esa plaza dispone de bancos y mesa así como una fuente. También tiene el pueblo de Rioseco un pequeño bar, -La Calle del Sol- donde puede abastecerse si le es necesario. En la parte alta de la carretera, estará en la cota más elevada de este primer sector, (185 m.) y allí la abandonará por un camino descendente (135 m.) que se dirige al pueblo de Vibaño. Prontoobservará ya todo el cordal del Benzúa y parte del valle de Ardisana, así como el pueblo de Los Callejos, donde hemos situado el final de este primer sector. El pueblo de Vibaño está situado en una vega y dividido en dos barrios, Santoveña y Mediavilla, con iglesia parroquial dedicada a San Pedro, junto a la que pasará tras cruzar el puente sobre el arroyo Vibaño. (46 m.) Este pueblo de Vibaño fue, durante la ocupación de la villa de Llanes por las tropas napoleónicas en 1808, base y centro de operaciones de la guerrilla española. Abandonamos el pueblo por una estrecha carretera que antes fue camino y sale a cruzar la carretera del Río las Cabras, por el lugar de La Herrería, (47 m.) que tiene a la izquierda -al otro lado de la carretera- el palacio del Cardenal Inguanzo. Casona de típico estilo asturiano, con dos corredores en la fachada principal orientada al sur. Cruzaremos el puente de estilo romano sobre el río Bedón, con dos arcos de medio punto y calzada en doble pendiente, construido por orden del propio Cardenal para servicio de su casa primero, y después del pueblo de Allende de Vibaño. No obstante, este puente, fue recientemente reconstruido, al haber quedado en situación ruinosa tras las inundaciones de 1983. Continuará tras pasar el puente, por la carretera hacia la derecha, abandonándola al poco tiempo, por un camino de carro que sale por su izquierda y que seguirá sin tener en cuenta las desviaciones hasta que llega a una por la derecha donde se encuentra la obra de la depuradora del pueblo de Los Callejos.(100 m.) En este tramo estará usted viendo a su izquierda las casas de Puente Nuevo y de la Venta los Probes, donde puede tener parada y comida y modo de servirse para su medio de transporte.
SECTOR 2º LOS CALLEJOS - VEGA DEL PUERTO - CORAO (19 KMS.)
En esta parte de la ruta nos encontramos, a la entrada del Valle de Ardisana, un hermoso trozo de tierra llanisca donde el verde tapiza las praderias que riega el río Riensena y las montañas se elevan a izquierda y derecha. Este segundo sector del Camín del Oriente, nos llevará a los límites del concejo de Llanes con el de Cangas de Onis, y a recorrer un camino histórico, la calzada romana de Piedrafita, que por cierto, está muy bien conservada. El final de este recorrido que a continuación le detallamos, será en el pueblo de Corao. • La ruta y la historia: Retomamos nuestro caminar junto a la depuradora de aguas (100 m.) y por caleya ascendente llegamos al pueblo de Los Callejos, (Los Caleyos) como denominan los lugareños y que pertenece a la parroquia de Santa Eulalia, y celebra su fiesta el 8 de septiembre. En la fachada de la iglesia, a tono con nuestro sendero, no podía faltar "La Santina", bajo cuya advocación se encuentra. Allí está la imagen de la Virgen de Covadonga, que ve pasar a los senderistas camino de su Real morada. Los Callejos ha sido tradicionalmente tierra de tejeros, noble oficio perdido totalmente ya por la emigración. Por la derecha de la iglesia pasamos hacia lo alto del pueblo, y luego junto al deposito de aguas, y poco a poco la altura le irá permitiendo dominar los lugares por donde sus pasos y los nuestros hicieron "sendero" en la etapa anterior. Allí está Peña Llabres y el mar a su izquierda; Rioseco, Vibaño y La Herrería, al igual que una hermosa vista del pueblo de Los Callejos con el telón de fondo de la inconfundible figura vertical y rocosa del naranjo de Bulnes, que ¡como no! quiere unirse y "asomarse" también a este sendero. Abandonamos la caleya a la izquierda pasando por una pradería (240 m.) que nos cambia el rumbo al oeste y nos lleva a la cabaña de Robléu, (244 m.) para continuar por senderos "peoniles" que atraviesan praderias. Ni que decir tiene, que como buenos senderistas debemos de mantener el sendero sin pisar la hierba alta si es que es época de verano estamos, ya que de ella viven los del lugar. Un collado, que tiene una especie de "portería" a la izquierda nos da paso a unas praderias descendentes que deberá tomar por la derecha junto a su límite y bajar a Las Casinas, (200 m.) que así se les conoce y que ya estará viendo. Tras ellas, saldrá ya a pista que sube a otro collado donde un pequeño grupo de antiguas casas da paso a nuestro sendero, por ese lugar llamado Rabios . Las vista hacia los Picos de Europa, en definitiva hacia el sur, son bellísimas, y nuestro caminar desciende ahora pronunciadamente hacia un nuevo pueblo de este Valle de Ardisana, Riocaliente (Ricaliente).(100 m.) En un sendero de esta categoría no podíamos dejar de lado la aldea de Riocaliente, aquí la arquitectura rural está en el barrio llamado "de los hórreos", por ser más de quince los que allí se encuentran, destacando entre sus edificios la casona de El Entregual, edificada en 1906 con capital indiano, y estilo clasicista. Un vecino del pueblo, tiene diversas especies de animales y reptiles en su particular zoológico. En el pueblo, junto al puente sobre el río Riensena, nuestra ruta toma a la derecha saliendo en dirección a la ería y junto a un maizal le sorprenderá la presencia en terreno acotado, de un "rebaño" de avestruces que, lejos de asustarse, se acercan e intentarán "pillarle". Es un aliciente inesperado pero forma parte de este Sendero a Covadonga. Tras las aves de "cuello largo" la senda pierde el camino definido, se acerca al río y por su límite pasa unos metros y se mete en zigzag en un pequeño bosquecillo; sube un corto tiempo y desciende a cruzar un arroyo para volver a salir a terreno abierto (140 m.) y toma camino mas ancho que pronto le llevará a la aldea de Mestas, (120 m.) topónimo indicativo de la confluencia de dos corrientes de agua, en este caso de los ríos Riensena y Piedra Hita. Para aquellos senderistas que, pudieran optar por hacer este sendero entre Llanes y Covadonga, en dos jornadas, es decir en dos etapas, al margen de las tres que aquí le recomendamos, puede ser buen lugar este de Mestas para hacer noche, al disponer de un hotel. Junto al puente que da paso a la carretera, es lugar donde se pueden degustar buenos tortos de maíz con picadillo y otras exquisiteces del fogón casero asturiano. Nuestro sendero cruza la citada carretera y trepa ladera arriba por un senderillo que sale a una finca y casa (con permiso de su dueño) que da paso a la aldea de Llumedián, (160 m.) encaramada en el extremo más bajo de la Sierra de la Cubeta, descendiendo a la otra vertiente por camino de finca que va directo a la aldea de Telledo Teyeu), (135 m.) por donde se adentra en el antiguo camino real de Piedrafita (o Piedrahita), que fue en el siglo XVIII uno de los itinerarios más transitados por ser de paso obligado para los viajeros que realizaban la ruta de Llanes a Cangas de Onis y Oviedo. Gaspar Melchor de Jovellanos, hace referencia en su diario, el 23 de septiembre de 1790, de su paso por este camino y puerto en viaje de Llanes a Covadonga, y vuelve a pasarlo en sentido inverso hacia Llanes, el 8 de agosto de 1791, en lo que el ilustre denomina "el gran viaje". Según Sánchez-Albornoz, esta calzada de Piedrafita fue abierta ya en tiempos de los romanos y formaba parte de aquella importante arteria de comunicaciones que partía de Lucus Asturum hacia territorio cántabro, pasando por el castro romano de la Cuesta Iguedo (Tárano-Llenín). Esta calzada cayó en desuso con la construcción de la carretera del río Las Cabras, entre Meré y Ortiguero, realizada a partir de 1778. Con este Sendero que está recorriendo entre Llanes y Covadonga (el Camín del Oriente) se recupera para el caminante, peregrino y senderista, esta histórica calzada, que se conserva en buen estado. Pero, sigamos donde lo hemos dejado. Entre las apretadas casas de Telledo (135 m.) pasamos a tomar el valle del río Piedra Hita por ancho camino que va cerrando la vista por las laderas de la Sierra de la Cubeta y los montes de Hibeo y sus contrafuertes. El camino llanea un rato y luego cuando lo cruza un arroyo, (que tendrá que pasar sobre piedras) (200 m.) en la confluencia de tres pequeños vallejos poco más allá, el camín real toma rumbo sur por la calzada romana, entre buenos ejemplares de pino y ya en zona enlosada de su primitivo trazado (300 m.). Asciende y alcanza un collado que le permite un "respiro" al volver a llanear, dando vista hacia un nuevo valle interior dejándose ver nuevamente al fondo -norte- las laderas del Benzúa, bajo las que usted ya pasó. Seguirá ganando poco a poco altura a media ladera de la montaña, (400 m.) y al otro lado del valle observará una pista casi a la misma altura que la que usted está siguiendo y que también va al mismo lugar, al puerto de Piedrafita, denominado en los mapas como collado de la Vega del Puerto, (494 m.) que es una llana pradería entre una columna de cumbres que va desde el Hibeo a La Galguerosa y Busto Vela. Esta cimera collada hace de límites a los concejos de Llanes y Cangas de Onís, y si nos asomamos veremos al otro lado algunas casas de la aldea de Cuerres. Al descender de este collado el camino no está muy visible y deberá guiarse por las señales blanco/rojo que le llevarán al fondo de ese apretado valle, alcanzando en breve tiempo el inicio del río Piedrafita y una cabaña. (400 m.) Continúa la calzada en buen estado nuevamente, y nuestra ruta sigue bajo la aldea de Cuerres, (340 m.) de la parroquia de San Martín de Grazanes, pasando un breve trozo en el que el río ocupa el camino, y tras volver a cruzarlo por piedras, poco más adelante, se sale a la carretera que antes fue camino real por el que los lugareños cuentan que pasaban los carruajes tirados por caballos y donde existió una venta; una de las tres que tenía esta ruta: la venta de Cangas, la de Cuerres y la de Mestas. Inevitablemente tenemos que "admitir" este asfalto de estrecho trazado, por no tener otra alternativa lógica, recorriéndolo durante 2,2 km. hasta Llenín, pueblo que es el que da paso rodado a los de Cuerres y Tárano, al que nos dirigimos nosotros. Por todo este trazado de carretera que usted está recorriendo ahora, (300 m.) subía la calzada y camino real, sorteando difíciles pasos en la laderas de estas montañas que se precipitan al barranco. Dicen que los lugareños de Llenin subían con sus carros a faenar en los altos prados, con gran miedo, pues más de una vez habían volcado con sus cargas. Desde Llenín, (210 m.) la vista hacia los macizos central y occidental de Picos de Europa es extraordinaria, dejándose ver también la cruz de Priena por la que va este Camín del Oriente. Igualmente puede observar las tierras de los Gamonedos, y las cumbres del Cabezo Llorosos y el Jascal. Existe carretera entre Llenín y Tárano, pero verá que a la salida del pueblo una pista sale por la izquierda y evita el asfalto en ese breve tramo ascendente a la citada aldea. Ya en Tárano, (280 m.) deberá tomar a la izquierda saliendo del pueblo por ancha pista que tras los últimos caseríos, asciende lentamente y va faldeando el Cerro Iguedo, fácil de conocer por la antena del repetidor que tiene en su cumbre. En este tramo (300 m.) irá viendo numerosas montañas asturianas, conocidas en nuestro particular mundo de montañeros, como el Pierzu de Beleño, la Mota Cetín, etc., y cuando el descenso se hace ya definitivo, aparece por la derecha de su marcha el valle del río Chico, por el que va la carretera desde Labra (pueblo que queda al otro lado del valle) a la Collada de Igena en dirección a Nueva de Llanes. Aunque esa pista que ahora camina, (200 m.) le pueda resultar a la vista demasiado larga, se hace pronto y sin esfuerzo, alcanzando la aldea de Corao-Castillo (Corau-Castiellu) (169 m.) que cuenta con buenos ejemplares de la arquitectura rural, como la casona de los Soto-Labra de 1763 con capilla anexa en estado de ruina. La casa aún está aprovechable y forma un conjunto magnífico, por cierto, como también la de los Cuervo del s. XVI y las de la Cantera y de Cueto. Una breve carretera le llevará a Corao, (93 m.) pueblo de larga historia, que es punto y seguido en nuestro Camón del Oriente. Cruzará la carretera general y pasará frente a la casona de Frassinelli, allí donde vivió el ilustre "alemán de Corao", D. Roberto Frassinelli y Burnitz del que hablaremos en nuestro próximo sector. La casona, del siglo XVII, tiene jardín y finca que fue huerta experimental del botánico Frassinelli, con diversas variedades de manzanas, plantas medicinales, hortalizas, etc. y sufrió un incendio que arruinó buena parte de su estructura, a principios del siglo XX. Frente a la citada casona, tome el camino que se mete al interior del pueblo y sígalo hasta su iglesia parroquial, con torre-campanario, finalizando este sector en la carretera del pueblo junto al bar Abamia y el famoso "castañedo de Corao". Lo más largo de este Sendero GR.105.2, ya lo ha hecho. Ahora, un descanso y seguiremos hasta el punto culminante... Covadonga.
SECTOR 3º CORAO - ABAMIA - CRUZ DE PRIENA - COVADONGA (9 KMS.)
Como recordará, está usted ya en tierras del concejo de Cangas de Onis y Corao que le recibió después del largo recorrido del segundo sector, le verá partir ahora en el ultimo tramo. Corao se encuentra a la derecha de la carretera general de Cangas de Onis a Cabrales, aunque antiguamente esta carretera pasaba por el centro del pueblo. Partimos del mismo lugar donde hemos concluido el anterior sector, (93 m.) por el camino de los castaños. Es de destacar este castañedo de Corao, con árboles centenarios de formas caprichosas. La ruta, de ancho camino pasa sobre el río Güeña (100 m. ) y tras una vuelta sale a la carretera que también desde el pueblo llega hasta la iglesia de Santa Eulalia de Abamia. (200 m.) Importante iglesia románica junto a la que verá tres buenos ejemplares de tejo. Santa Eulalia (Olaya), según tradición fue edificada por don Pelayo, en cuyo tiempo estaba destinada a monasterio y reformada en el siglo X. En ella fue enterrado nuestro Rey astur, junto a su esposa Gaudiosa, en los primeros años del siglo XII. Posteriormente, sus restos serían trasladados a Covadonga. La historia escribe que,... Ambrosio de Morales, cronista al servicio de Felipe II, relata que, ..."la iglesia fue muy pequeña, conforme a todas las de aquellos tiempos, y por fuera arrimada a ella, estaba la sepultura del Rey, y algo más apartada la de su mujer. Agora, dice, han edificado de nuevo la iglesia más grande por su mucha feligresía, y así queda dentro la sepultura del Rey, y fuera la de su mujer...". En la actualidad, en la nave de la iglesia, en el tramo más cercano a la cabecera, hay dos cenotafios a ras del suelo, bajo arcosolios. El del lado de la epístola sólo tiene una espada cincelada en la cubierta, y se atribuye a don Pelayo; el otro, en el lado del evangelio, es de forma trapezoidal y cuenta con la siguiente inscripción, que traducida dice... "Aquí yace la Reina Gaudiosa esposa del Rey Pelayo", inscripción que data del siglo XVII. El mismo Ambrosio de Morales, escribe que... "El día que yo estuve era domingo, y parecía que estaba allí el Real del Rey don Pelayo, pues había al derredor de la Iglesia más de doscientas lanzas hincadas, de los que venían a Misa por aquellas breñas y pueden encontrar un oso, de que hay hartos, y quieren tener con que defenderse del..." La iglesia, quedo en abandono por los años, y lo que queda de la nave original es poco. Fue declarada Monumento de interés histórico-artístico, por Decreto del 15-3-62, y en los últimos años restaurada en su mayoría por inquietud del Párroco don Fermín Alonso, Alcalde y vecinos de Corao, así como de la Caja de Asturias.Existe también otra pequeña historia ligada a Corao y a Santa Eulalia de Abamia. A la derecha de la iglesia, existe en abandono un pequeño cementerio, donde había una modestísima tumba invadida por la maleza, cuyo verdor contrastaba casi enojosamente con el fondo negruzco de una lápida cruzada por la cicatriz de una grieta que amenazaba partirla. Separando la hiedra, a duras penas se podía leer... "Aquí yace Roberto Frassinelli Brurnitz". El famoso personaje, el "alemán de Corao" como en su tiempo se le conoció, y que había sido festejado en vida por su valía, yacía allí en el abandono y el olvido. Frassinelli, nacido alemán, hijo de italiano y alemana, llegó a Corao hacia 1844 con 43 años de vida, muriendo allí 33 años después. Peregrino buscando la paz y la salud, halló en la Asturias cimera el horizonte deseado. Extraordinario dibujante con profundos conocimientos sobre arquitectura y arqueología, descubrió el dolmen de Abamia y tantas viejas piedras, unas nacidas más allá de la barrera histórica y otras zambullidas plenamente en ella. Las lomas riscadas de los Picos de Europa fueron recogidas por su lápiz recreándose en ello. Sus simas, también sintieron la huella de Frassinelli, que arrancó secretos minerales de sus entrañas. También él, vibró como el mejor asturiano, ante Covadonga, volcándose con su saber. A él se debe el Santuario de la Gruta que tuvo vida hasta la Guerra Civil. El inicio de la actual Basílica a él se le atribuye. Don Pedro Pidal, escribió de él..."Amigo íntimo de aquellos torreones de piedra; de aquellos lagos solitarios; de aquella región inaccesible a todo ánimo temeroso, a toda planta insegura, a todo espíritu no tocado del amor irresistible a lo infinito que embargaba al gran compañero Roberto Frassinelli" Actualmente, la piedra de oscuro gris pizarroso invadida de maleza, dejó de ser el cobijo de los restos fundidos con tierra asturiana de "el alemán de Corao". La acción del Grupo de Veteranos de la Montaña, con el beneplácito de la Parroquia y del Patrimonio Artístico Cultural, superó la maltrecha tumba de Roberto Frassinelli, trasladándola a la propia iglesia de Abamia para que su recuerdo perdure en la historia, que en parte él hizo, de las tierras de Corao. En el traslado de sus restos, han intervenido don Fermín Alonso, Párroco de Corao, un albañil y un veterano montañero, anónimo. Su tumba e inscripción puede verla en la parte posterior izquierda de la nave. Sigue siendo para usted y para nosotros, todo un honor, recuperar para este Sendero GR.105.2, parte del recorrido de la Senda Frassinelli, por la que el "alemán" subía hacia los Picos de Europa, y que nos acompañará hasta las proximidades de Priena. Y desde la iglesia de Abamia, (200 m.) que puede usted visitar si antes hizo la oportuna gestión en Corao, caminaremos hacia las casas próximas de Cuetu-Aleos, y el camino que asciende entre arboleda, (300 m.) saliendo a la pista que en una encrucijada de caminos nos da paso a terreno más abierto junto a las cabañas de La Canal, en todo ese itinerario de la Senda Frassinelli que va recibiendo por su izquierda los que vienen de Teleña. Se suceden cabañas en los lugares de La Cruz y Orientes (400 m.) y cuando la nueva pista toma sentido ascendente a la izquierda, deberá abandonar la Ruta de Frassinelli y por la derecha cambiar el rumbo hacia Andoreñu, grupo de viejas cabañas que están a la derecha, para salir a pradería abierta, dominando ya todo el tramo de ascenso hacia Priena. La ausencia de lugares para la señalización, nos obligó a improvisar "jitos" de piedras con las marcas blanco/rojo como medida provisional, con la esperanza que sean respetadas, aunque la experiencia en ese sentido nos haga ser poco optimistas. Pasará junto a Les Fuentines, con amplio abrevadero, y observará más allá por la izquierda el muro de piedra de una finca (500 m.). Cuando llegue a su altura, cambiará el rumbo a la derecha pradería arriba siguiendo siempre el camino, ya que este le llevará a unas praderias mas altas continuando a la izquierda y siempre ya en dirección a la Cruz de Priena, por las camperas de Collía (540 m.) que le dan paso a un tramo rocoso con señales muy frecuentes que irá usted viendo de una a otra, saliendo a la travesía final que le lleva a la cruz que ya estará viendo, así como el escenario final de su recorrido, el Real Sitio, que al principio de este sector le comentamos. Ahora, deja de ser nuestro comentario, para convertirse ya en su propia experiencia. Esta cruz, instalada en 1907, fue erigida "para memoria de la completa victoria de los cristianos y su caudillo don Pelayo sobre los árabes" según las Actas capitulares del Cabildo de Covadonga de octubre de 1906. Desde Priena (722 m.) el paisaje es hermoso, apacible, con todo ese conjunto montañoso que se deja ver, y nos rodea. Desde la cruz, descenderá hacia la izquierda según está usted mirando a Covadonga, siguiendo las señales hacia el fondo de aquella pradería, encontrando ya el camino de la Cuesta Gines, que a media ladera va perdiendo altitud, desde el collado de La Oración, (500 m.) en grandes lazadas. Covadonga se va acercando y hasta los mismos cirios del altar de La Virgen, puede observar en su descenso. Todo el conjunto del lugar se le ofrece completo y hermoso. La cueva, la basílica, la estatua de Pelayo, e incluso el camino que tomará en el tramo final y que observará por la derecha de la carretera que sube al Santuario. Al final, ya casi abajo, el camino bien marcado que venía siguiendo, pasa a ser sendero dentro de un pequeño bosquecillo y este le saca a la carretera, (170 m.) que debe continuar usted a la izquierda, y que tras escasos cien metros en la parte final del aparcamiento que está a la derecha de la carretera y frente a la casa rural de Priena, le permite entrar en el Parque del Príncipe, señalizado con un antiguo cartel y que es enclave fundamental del Real Sitio de Covadonga, que mucha gente desconoce y que realmente se encuentra -de momento- en total abandono. La puesta en marcha de este Jardín coincidió con la creación del Parque Nacional, y fue lugar donde don Alfonso XIII , plantó un árbol el día de la inauguración del Parque. Esta zona por la que pasa nuestro sendero, cruzaba el viejo camino de peregrinos y romeros cuando no existía la actual carretera. Pasará junto al viejo mesón Hostal Favila, -derecha del sendero- bello edificio construido en el reinado de Carlos III, sirviendo de albergue de peregrinos hasta finales del pasado siglo. Posteriormente fue restaurado convirtiéndose en la sede de la Escolanía de Covadonga. Un camino empedrado y un senderillo le llevará a la carretera saliendo junto a los leones y la canalización del río Díva que viene del "chorrón" bajo la gruta. Solamente le queda, subir la escalera de "la promesa" y presentarse ante La Santina. (258 m.).
-Textos:José Pedro Menéndez Fernández.
- Trabajos de campo y señalización de este sendero: Ángel Castaño Alonso;
Francisco Javier Menéndez Viejo; José Pedro Menéndez Fernández; José Ramón
Rodriguez Trespalacios; Juan Carlos Llames Sánchez, Ramón Plaza Alvarez y
Teodoro Gómez Martin.
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